Carta a Ingrid Betancourt
Respetada Ingrid: cuando te liberó El Ejército, con la acción militar Jaque decidida por el Gobierno, me emocionaron tus palabras de agradecimiento a Dios, a las Fuerzas Armadas y al Gobierno de Colombia, además de tu empeño en recordar siempre a tus compañeros de infortunio.
Tu liberación, y la de tus compañeros, me produjo una alegría infinita. Y me trajo la esperanza de que el Gobierno colombiano continúe conduciendo tan acertadamente la batalla contra el terrorismo.
Has explicado tu sufrimiento y estoy seguro de que viviste un calvario terrorífico porque, desgraciadamente, fuiste a caer en manos de los modernos traficantes de esclavos. Vendedores y compradores de carne humana viva. Gente sin conciencia. Sin moral. Cobardes.
Por mucho que quiera ponerme en tu lugar nunca podré saber lo que has sufrido todos estos años alejada de tu vida, de tu familia, de tu trabajo. Te has ganado el derecho a opinar y decir todo lo que creas conveniente. Es tu derecho moral y político de víctima del terrorismo.
Por todo lo anterior, reconozco de antemano que no soy quién para opinar y menos para corregirte. No vivo en Colombia y no he sufrido secuestro. Pero, volé hasta Bogotá para participar en la marcha contra las Farc y por la liberación de todos los secuestrados. Además, vivo en un país con terrorismo endémico y algo he sufrido su flagelo.
Alguna de tus declaraciones me ha sorprendido. Y, desde el profundo respeto que me merece cualquier persona que haya vivido una terrible experiencia como la tuya, no me resigno a ignorarlas.
Chávez, durante mucho tiempo ha ayudado a mantenerte presa allí, en la selva y, hoy, cuando dice que las Farc deben soltar a los secuestrados pero no abandonar las armas, no se está alineando con las libertades, junto a los secuestrados, sino del lado de sus carceleros.
Vuestra liberación tampoco ha sido obra de Francia, ni de la CIA de Bush, ni de los que pedimos por tu liberación. Ha sido obra del Gobierno y de las Fuerzas Armadas de Colombia. Recuérdalo si decides ser el puente que ayude a cruzar desde el odio hacía la reconcialiación.
Hoy, pese a los siete de Chávez y, a los liberados junto a tí, cientos de personas siguen con la cadena al cuello. Tú lo sabes mejor que yo. Parece estúpido por mi parte recordártelos. Disculpa, sé que nunca te olvidarás de ellos.
Eres valiente y estás deseando lanzarte a cerrar brechas y a buscar soluciones para superar la violencia que imponen a Colombia los terroristas. Incluso, reorientando desde París tus primeros discursos. Opinas y propusiste en Radio France Internacional, de París, con todo tu derecho, que se debe cambiar lo que llamas vocabulario radical, extremista, de odio, de palabras muy fuertes que hieren al ser humano que, según tú, emitiría el Sr. Uribe.
Perdóname, Ingrid, pero no mencionaste el lenguaje de los narcoterroristas y da la sensación de que parece un dechado de urbanidad y buenas maneras. En sus dos versiones: hablado y disparado. Sé, estoy seguro que no lo crees así.
Con mucho dolor y desde mi admiración y mi respeto, creo que te has equivocado con tus declaraciones sobre el presidente Uribe. Aunque tus opiniones difieran de las del Gobierno y te hayas ganado todo el derecho del mundo a expresarlas, humildemente, creo que te has precipitado. Hoy has mordido la mano del que te dio pan. Y, en política importan mucho las maneras y los tiempos, ¿recuerdas?
El 20 de Julio, en Bogotá y en todas partes, seguiremos exigiendo la liberación de los detenidos. Comprendo que no puedas acudir, por fatiga y por temor a la venganza de los narcoguerrilleros. Quizás puedas hacerlo en Paris. Descansa y recuperate. Reponte físicamente y reconstruye el tejido de tus afectos familiares. Serena tu corazón. Disfruta de la Legión de Honor francesa, de la propuesta como candidata al Premio Nobel de la Paz y escribe la obra de teatro sobre tu cautiverio. Mientras, te sentiremos a nuestro lado. Muy cerca.
Luego, recuperada del todo y analizado cuanto ha sucedido en tu ausencia, podrías ser de nuevo política. Quizás hubiera sido mejor esperar que acabase el mandato del presidente Uribe y entonces, recuperada y reorganizada, presentarte tú como candidata a la Presidencia. Sin regalar esta baza de división a los asesinos.
Recibe mi afecto, recuerda que nunca ha sido mi intención ofenderte. Saludos de un hispano-colombiano.
6 comentarios:
Sobre el video de las FARC de Informe Semanal:
http://www.eldiarioexterior.com/noticia.asp?idarticulo=21237
Un saludo.
Dª María, gracias por su comentario; conozco la bronca entre los ministerios de España y Colombia a propósito del video de Informe Semanal... pero, no entiendo cuál es su intención al comunicarme esa noticia. ¿Desea aclararme algo?
Un saludo muy cordial...
Salto de la chalupa un momento para mostrarle mi acuerdo con la carta, tanto en el contenido como en el tono.
He leído (siento no recordar dónde) que la familia de Ingrid B, sobre todo una hermana, es partidaria de Chávez, lo que explicaría algunas cosas.
En cualquier caso es un asunto que nos concierne a todos, por lo que si de firmas se trata, cuente con la mía
D. Alfredo, suscribo sin ninguna reserva su carta abierta a Dña. Ingrid Betancourt.
Un abrazo.
"La libertad es saber, es poder y es querer; y es no tener miedo a correr, a volar, a pensar, para «ser» el hombre o la mujer que se quiera ser. Ésa es la libertad que abre caminos
Palabras dirigidas desde el respeto de quien comprende el dolor ajeno... pero también desde la perplejidad de quien distingue ideas de emociones.
Las emociones se transmiten por empatía, pero las ideas no tienen por qué seguir esos mecanismos.
En mi opinión, se pone Vd. a una respetuosa distancia de la señora Betancourt para valorar sus palabras y sus hechos. No puedo menos que estar de acuerdo con Vd.
Dejemos que el tiempo refute o confirme nuestros temores.
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