Rosa Díez y el tiro en la frente

Ayer comenté en el blog del Patrón, D. Santiago, algo relacionado al sinsombrerismo durante la guerra civil en España.

Venía a cuento de la rebelión contra Presidente del Congreso de dos tipos maleducados, ministros del Gobierno de España. El ministro Sebastían, líder de la revuelta de los sans culotte, y el ministro Corbacho. Y, detrás aplaudiendo, el Sr. Blanco, el del conceto. Se niegan a ponerse la corbata. Ha llegado el sincorbatismo. Para que se note que son de izquierdas. Bueno, así se empieza y se acaba por usar un mono azul en el escaño. Lo mismo les imitan las de la cuota y tratan de imponer este modelito para el Congreso. Malcriados.

Ha sido un impagable ejemplo de incivismo el que han dado el ministro de Industria y el de Trabajo; por fín algo de lo que estar orgullosos, algo que poder ensalzar ante las jóvenes generaciones y contarles a nuestro nietos. ¡Los ministros del Gobierno de España se pitorrean de la tercera personalidad en la escala jerárquica del Estado! Dos chulazos.

Entiendo que sólo tratan de joder la paciencia un rato. Es una forma de hacerle pagar caro a Bono, presidente del Congreso, que pusiera orden y exigiera el cumplimiento de la legalidad durante la reciente visita de antiguos familiares de presos franquistas al Parlamento. En esa visita, llevado del ardor guerrero a posteriori, un invitado en la casa de todos, tuvo la mala educación de exhibir una bandera republicana. Otro chulito.

Pero, así entre chulos y groseros, nos acercamos peligrosamente a los ismos. Sinsombrerismo, sincorbatismo, republicanismo, laicismo, anticlericalismo y pistolerismo.

Porque, más pronto que tarde, volverá el pistolerismo. No el de ETA, que nunca se ha ido, pese a los ridículos esfuerzos del Sr. Zapatero por seducir a los terroristas. No, también, volverá el de los separatistas catalanes. Los que anuncian su derecho a pegarle un tiro en la cara a Rosa Díez y a Alberto Rivera, sin que ninguna autoridad cierre las páginas web de los psicópatas amenazantes y ningún fiscal enchiquere a los delincuentes. Más chulos.

Al final, iremos todos armados, para evitar los boicots y defendernos de las amenazas y, dentro de cuatro días, cuando no exista el Estado, resolveremos las diferencias a tiros.

¿Saben que nombre tiene esa forma primitiva de vida?

Se la conoce por Guerra Civil.

Y, en España, no lo olviden ustedes, somos expertos en organizarlas y hacerlas durar.

¿Les recuerdan a ustedes algo estas imágenes?

Pues, en eso estamos. Salud.