BILIS CLUB, ingresa como socia Dª Menda, la ninfa

Doña Menda, joven, bella, enamorada y rabiosamente poderosa escritora, ingresa hoy en el Bilis Club con carnet de socio nº 7.

El Blog de Dª Menda
Dª Menda, mi niña adorada de los blogs, nació anteayer en una de esas islas Canarias de ensueño donde al resto de españoles nos llaman peninsulares. Sí, igualito que aquella marca de tabaco de la posguerra.

Cuando se tiene la suerte de nacer en el paraíso se corre el riesgo de estar sobredotado para casi todo así que Mendita arrambló con las existencias de lindura, buen humor, dulzura y habilidades artísticas, con que una niña puede nacer de vientre humano.

Desde que comenzó a arrastrar el culito por la playa Menda fue todo en la vida de alguien. Primero de sus papás, siempre de su mamá y, más tarde, del hombre que la adora.

Comenzó a escribir con un dedo en la arena húmeda de sus playas y, dice la leyenda, que un niño borró aquellos primeros versos con un chorrito de pipí. Sorprendida, Menda decidió que en el futuro utilizaría la manguerita de los niños para usos más satisfactorios y, segundo, en general y salvo excepciones, asimiló que los muchachitos eran unos merluzos de los que hay que desconfiar.

Aunque en su adolescencia y temprana juventud su fama de bella a rabiar se extendió por las islas Canarias, y varias revistas de postín se disputaron su desnudo para el desplegable central, no hay muchas fotos de Mendita pues ella, celosa de su intimidad, se ha ocupado de hacerlas desaparecer de los álbumes de sus más intimas amigas y de las cabinas del camión de sus admiradores.

ELLA es así, para quien lo pueda ver. Sensitiva y dura, desgarrada y rimbombante, cáustica y espontánea, madura y traviesa, desdichada y feliz, crecida y necesitada, cabal e intuitiva, templada y atrevida, la que sabe dar y sabe recibir, la débil y la fuerte. La niña y la mujer.

Mendita, como alguna otra socia del Bilis Club, además de mala leche tiene su miajita de poderes. O más bien una extraña relación con los fenómenos sobrenaturales. Por ejemplo, números mágicos que aparecen repentinamente en los lugares y las situaciones más inverosímiles, que se repiten, se multiplican, se suman, se dividen, se cuantifican a sí mismos y se conjugan unos con otros para hacerse reaparecer nuevamente cerrando el ciclo sin contemplaciones y en cualquier instante.

Otro ejemplo de esa estrecha relación con la magia consiste en lo que normalmente se conoce en el ámbito científico como “violación de causalidad”. Esta actividad consiste en el hecho de que ella dé respuesta a preguntas que se le realizan antes de ser enunciadas o pensadas. Como quién lee el Marca.

Pero Mendita, ahora Dª Menda, donde de verdad enamora es escribiendo. Su blog me tonifica más que siete liftings faciales y catorce inyecciones de botox en el alma. Asomarse a sus escritos es caer de cabeza en una cápsula criónica. Dejarse envolver por sus oleadas de desparpajo, por la ingenua perspicacia de titanio que destila, para mí, es degustar gota a gota pura esencia de melancolía.

Bienvenida al Bilis Club esta Lolita, hechicerita calculadora, inteligente, disciplinada, visceral directa y valiente, templada y sensible, ordenada y responsable. Reflexiva, apasionada, fuerte, deliciosamente bondadosa, tierna y dulce, autosuficiente, noble y altruista, humilde, y con un maravilloso sentido del humor hace de su existencia contada algo precioso para sus lectores. ¿Notan ustedes cuánto quiero a esta chiquilla?

Espero que a cambio de tanto elogio, ella y su novio, me paseen en la silla de ruedas y me cambien los pañales un poco más adelante, cuando lo necesite.

Dª Menda, por su talento innato para una salvaje acidez desarrollado gracias a su espíritu perfeccionista, ingresa hoy en el Bilis Club con carnet de socio nº7. Bienvenida, niña.