...Los hubo valientes, honrados, leales y dignos. También rufianes, aventureros, asesinos y locos...

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viernes, 2 de abril de 2010

Viernes de la Cruz. Mujer, he ahí a tu hijo. Hijo, he ahí a tu madre

Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen


Viernes de la Cruz. Viernes Santo. Hay madres que están y madres que nunca estuvieron. Y cuando al hijo le llega su hora en el Gólgota o en la cama de un hospital, Ella habrá seguidos sus pasos desde el veredicto, los latigazos y el Via Crucis hasta el madero y los clavos. Otras, habrán conocido el diagnóstico abrazándoles y acaban enlazando sus manos sobre las asépticas sábanas del sanatorio. Algunas no compartirán el sufrimiento de sus hijos, no querrán ayudar a cargar la cruz de cirugías y quimioterapia.


En verdad, en verdad, te digo que hoy estarás conmigo en el Paraíso


Acompañados del dolor de sus madres, caminan hacia la muerte. Es cuestión de tiempo, nada puede hacerse. Ella, madre de Dios, estuvo en el Calvario abrazada al discípulo del Hijo. Otras mujeres, al pie de la cama, comparten su infinita pena estrechando a los hermanos y amigos, besando la calavera del moribundo. Pocas madres dirán, no quiero verlo, prefiero recordarle como era.


Mujer, he ahí a tu hijo; hijo he ahí a tu madre


Mujer, he ahí a tu hijo; hijo he ahí a tu madre. ¡Mamá! Amachu, gritará inútilmente el que han dejado solo.


¡Dios mío, Dios mío!, ¿por qué me has abandonado?


María Madre escucha agonizar a su hijo con el cuerpo roto, espinas en la frente, un lanzazo en el costado y clavado al leño. Las otras madres, oyen a sus hijos gemir a través de las sondas, tubos, oxígeno y agujas. Hay que seguir luchando, dicen los pobrecitos seres humanos.


Tengo sed


Tengo sed, dirá Él. Y una esponja en una caña llevará vinagre y hiel a su boca. Tengo sed, dirá, y una mano fraterna aumentará el caudal de morfina, mientras las madres, Dolorosas, sienten como su corazón roto sigue la suerte de sus hijos.


Todo está cumplido


Jesús espera la muerte con los ojos clavados en su madre y en el cielo. El otro tampoco puede luchar más. Con los ojos cerrados, quizás escuche aún las dulces palabras del que a su lado le dice llorando, déjate ir, hermano. No sufras más.


Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu


Jesús agoniza mirando al cielo y ofrece el sacrificio a Dios, su Padre. El hijo de Dios muere como un maldito. Muchos lo hacen custodiados por sus madres hasta el fin. El otro hijo, entre dolores terribles, se va sin refrescar su frente con una lágrima de ella.¡Que pena más grande, Dios mío!


Oración a la Virgen Dolorosa, Puerta del Cielo


Madre Santísima de los Dolores, por el intenso martirio que sufrísteis al pie de la Cruz durante las horas de agonía de Jesús, dignaos en nuestra agonía asistirnos a todos vuestros hijos, a fin de que con tal intercesión, pasemos del lecho de muerte a gozar con Vos del Paraíso.

Para las madres que han perdido un hijo.
Para los hijos que nunca tuvieron madre.

20 comentarios:

supersalvajuan dijo...

Emocionante!!!

Nazaríes dijo...

Òjala ninguna madre del mundo tuviera que ver a su hijo enfermo o agonizando en un hospital.

Òjala no hubiera niños sufriendo enfermedades terribles,ni bebès llorando en la cuna de un orfanato.

Òjala no hubiera madres de luto por la muerte de un hijo.

Me ha emocionado,D. Alfredo,
no sabe usted cuanto.

Làgrimas recorren mis mejillas.

Fidelio en el bosque animado dijo...

Bellísimo, don Alfredo, bellísimo!!

Maria Lòpez dijo...

Impresionante,emocionate y bello , señor.

Le admiro por su sensibilidad.

Un saludo, señor.

Mar Cano Montil dijo...

¡Impresionante, Don Alfredo!

Me he quedado con los sentimientos en carne viva...

¿Cómo es posible que un hijo muera en la más absoluta de las soledades, sin una lágrima de su madre?

Seguimos desnudos y ateridos...porque no sabemos calentar y arropar con nuestro AMOR.
Eso es lo que vino a enseñarnos CRISTO...pero continuamos sin aprender...

Un gran abrazo de viernes Santo para usted y para su mamá Amélia.

joseAntonio Bejarano dijo...

Tremenda semana de pasión...
Tremenda semana...
Tremenda...


Un saludo afectuoso desde la tierra andaluza de las Dolorosas.

El Domingo, sin embargo, se aproxima

La sonrisa de Hiperion dijo...

Por aquí ando, de mañanita de sábado... bebiendome tus cosillas y dando una vuelta por tu univers.

Saludos y un abrazo enorme.

lola dijo...

Hermoso escrito D. Alfredo. Una madre es el mayor consuelo que se puede tener en este mundo. Se lo digo yo que tuve que estar separada de ella por 12 largos años, hasta que el maldito permitió que nos reuniéramos de nuevo. Hace muy poco la he perdido, pero aunque ya no la pueda sentir físicamente, se que estará siempre en mi corazón.
Un saludo afectuoso,

Gala dijo...

Como me has hecho recordar la muerte de mi hermano.

Emocionantes palabras.

Un beso

Dña.Calculos dijo...

Gracias como siempre por acercanos a la palabra de Dios de la que tanas veces nos alejamos. He ivido las procesiones de Madrid con las que siempre me extremezco y lo mismos me ha emocionado su blog

Le envío mucho caricho y mucha paz

García Francés dijo...

Gracias, D. Supersalvajuan. Un abrazo, amigo.

García Francés dijo...

Le agradezco mucho, amiga mía, que comparta su emoción conmigo y con el resto de los amigos del blog.

Gracias por su extrema sensiblidad, Dª Nazaríes.

Le mando todo mi cariño, Doña.

García Francés dijo...

D. Fidelio, es usted un sol de amigo. Gracias con el mejor de mis abrazos.

García Francés dijo...

Dª María, ¡qué bonito nombre en tiempo de Vanesas y Jeniferes!

Sea usted muy bienvenida a esta casa donde esperamos encontrarla a menudo.

Gracias por sus palabras, amiga, y un saludo muy cordial.

García Francés dijo...

Dª Mar, no aprendemos porque sólo somo pobrecitos seres humanos. Nada.

Usted lo ha visto con claridad. Ni una lágrima de su madre.

Le agrezco sus palabras y aún más su afecto, Doña.

García Francés dijo...

Ya ha llegado el Domingo, D. José Antonio.

¿Porqué buscáis entre los muertos al que ha resucitado?

Con todo mi afecto, amigo.

García Francés dijo...

Gracias, D. Hiperión, ya estaba yo añiorando visitar su casa.

Un abrazo, amigo.

García Francés dijo...

Guarde siempre ese recuerdo tan querido, Dª Lola y reciba siempre mi cariño, amiga mía.

García Francés dijo...

Dª Gala, me entristece haberle traido tan triste recuerdo pero me alegro de haber compartido con usted algo tan íntimo y profundo.

Un abrazo, amiga mía.

García Francés dijo...

¿Qué bonito su deseo de paz para mí, Dª Cálculos! Acierta usted, estos días es lo que nos falta a los que no tenemos su fe.

Con todo mi afecto, siempre, Doña.

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