Las discretas
tabletas han disparado la venta de
literatura erótica entre las señoras. Ya no es necesario
forrar la novela Balas de Carmín para
leerla en el metro, me dice una lectora
mexicana tras
bajarla de Amazon. Las mujeres leen más este
género literario que los hombres. Les
pone la sensualidad, la fantasía y la pasión bien
descrita. Los hombres
somos más visuales.
Más de porno.
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