Antes de venirme a
Pedregal de las Cumbres mamá me dijo como siempre que viajo,
“Hijo, que no te hagan prisionero”. ¿Un barrunto? Tras las
amenazas del alcalde frotaesquinas,
localizo al primo de mi colombiano de Madrid. Trabaja en Seguridad y
ajustando con él intento que los
malandros no me
despeñen por un risco o dejen que me
devoren los cangrejos. Una recortada
calibre 12 da cátedra.
Calma mucho.
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