Desde adolescente he disfrutado de la pintura. En Bilbao veía mil exposiciones, intenté pintar y, sobre todo, envidié a dos de mis amigos de cole. Un “mini Goya” colgaba en las paredes de uno y un Anglada Camarasa en el salón del otro. Sí. Hace como 50 años que descubrí al pintor postimpresionista catalán que eligió morir en Pollença. Me quedo con el vanguardismo de sus épocas parisinas. Y su color mágico.
viernes, 8 de agosto de 2014
Anglada Camarasa
Desde adolescente he disfrutado de la pintura. En Bilbao veía mil exposiciones, intenté pintar y, sobre todo, envidié a dos de mis amigos de cole. Un “mini Goya” colgaba en las paredes de uno y un Anglada Camarasa en el salón del otro. Sí. Hace como 50 años que descubrí al pintor postimpresionista catalán que eligió morir en Pollença. Me quedo con el vanguardismo de sus épocas parisinas. Y su color mágico.
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