Cumplo mi promesa a Dª Garmen de la Granja. Mi casa se llama EL POBRE porque así me apodaba mi papá, que, quizá, me encontraba excesivamente quejoso. Lo asumí y cuando tuve una casa la bauticé con mi alias para asombro de los lugareños. Se reirán de usted, dijeron. Nada importa que desde Cataluña nos insulten, roben y amenacen con romper España. Aquí, cantan los pájaros en los pinos. Y huele a mar.
viernes, 26 de septiembre de 2014
Mi Conil de la Frontera
Cumplo mi promesa a Dª Garmen de la Granja. Mi casa se llama EL POBRE porque así me apodaba mi papá, que, quizá, me encontraba excesivamente quejoso. Lo asumí y cuando tuve una casa la bauticé con mi alias para asombro de los lugareños. Se reirán de usted, dijeron. Nada importa que desde Cataluña nos insulten, roben y amenacen con romper España. Aquí, cantan los pájaros en los pinos. Y huele a mar.
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