Su Majestad D. Juan Carlos abre el pico por tercera vez, «tengo la profunda convicción de que debemos trabajar juntos para superar la crisis y recobrar una dinámica de crecimiento, empleo y mayor bienestar». Ya, hablando se entiende la gente.
El Presidente Zapatero y el Sr. Rajoy han acordado reformar la Ley de Cajas de Ahorros. Bancos autónomicos que ni uno ni otro, y menos los sindicatos, están dispuestos a perder. Suena a reparto. No tienen vergüenza. ¿Porqué hoy sí y ayer no? O el año pasado, o el anterior. No hay acuerdo global. Como mucho, y no es seguro, iremos viendo acuerdos parciales. Hasta que se le hinchen los ovarios a la Sra. Merkel.
Dos mujeres y un hombre, empleados de una sucursal bancaria, ha muerto abrasados por un incendio provocado durante las manifestaciones de Atenas. Otro se arrojó por un balcón para huir de las llamas. Muy grave. Ninguno era Bernard Madoof. Eran tan trabajadores como quienes les han tirado el cóctel. O más. Porque estaban currando, seguramente, para no perder su puesto de trabajo. Es lo que tiene jugar con fuego.
Para terminar, D. Antonio Gala, nuestro moro de la morería, ha mostrado su acojono en Córdoba. El suyo y el de todos. Hacía tiempo que el escritor no decía cosa tan sensata, "alguien, un mandante de entre ellos, me advirtió de que quizá algún día tengamos que defendernos del Islam". Por una vez el Sr. Gala no da palo a los católicos o judios. Bienvenido.
Su Majestad D. Juan Carlos abre el pico por tercera vez, «tengo la profunda convicción de que debemos trabajar juntos para superar la crisis y recobrar una dinámica de crecimiento, empleo y mayor bienestar». Ya, hablando se entiende la gente.
El Presidente Zapatero y el Sr. Rajoy han acordado reformar la Ley de Cajas de Ahorros. Bancos autónomicos que ni uno ni otro, y menos los sindicatos, están dispuestos a perder. Suena a reparto. No tienen vergüenza. ¿Porqué hoy sí y ayer no? O el año pasado, o el anterior. No hay acuerdo global. Como mucho, y no es seguro, iremos viendo acuerdos parciales. Hasta que se le hinchen los ovarios a la Sra. Merkel.
Dos mujeres y un hombre, empleados de una sucursal bancaria, ha muerto abrasados por un incendio provocado durante las manifestaciones de Atenas. Otro se arrojó por un balcón para huir de las llamas. Muy grave. Ninguno era Bernard Madoof. Eran tan trabajadores como quienes les han tirado el cóctel. O más. Porque estaban currando, seguramente, para no perder su puesto de trabajo. Es lo que tiene jugar con fuego. 
Para terminar, D. Antonio Gala, nuestro moro de la morería, ha mostrado su acojono en Córdoba. El suyo y el de todos. Hacía tiempo que el escritor no decía cosa tan sensata, "alguien, un mandante de entre ellos, me advirtió de que quizá algún día tengamos que defendernos del Islam". Por una vez el Sr. Gala no da palo a los católicos o judios. Bienvenido.
