La prensa suele dividir los años de condena cumplidos por De Juana entre el número de sus víctimas. Así, se obtiene como resultado que ha estado en prisión menos de un año por cada asesinato. 20 años por 25 asesinatos. Más o menos. Cuenta hecha a lo bruto, con perdón.
Al que redactó la ley tan humanitaria que ha permitido este desprecio a la sociedad, había que caparlo. Es una opinión, no un deseo. O quizás también, no sé.
Lo gracioso es que el "multihuelguistadehambre" no se atrevió a recibir el homenaje de sus repugnantes amigos. Por seguridad y por evitar el circo mediático. También por motivos de salud y por la presión que sufren él y su familia.
Para no haber tenido aún ni una palabra para las 25 familias de los que asesinó, a mí, es una opinión, no un deseo, me parece que está soportando muy poquita presión. Tal vez debiera aguantar algo más de presión, no sé. A fin de cuentas, él, el hombre de paz, es un tipo duro y aguantaría. Sus víctimas hace tiempo que soportan la presión de metro y medio de tierra sobre el pecho sin quejarse.
En la Parte Vieja de San Sebastián se habían reunido 100 escasos gudaris de las gestoras proamnistía dispuestos a jalearle. Cien psicópatas a los que debería censar el Servicio de Salud Vasco. Si hacemos la cuenta, 100 tarados entre 25 asesinatos, salen a cuatro. Cuatro perturbados por víctima.
Son muy pocos amigos, Ignacio. ¿Ha merecido la pena?
Demuestra que una parte de la sociedad guipuzcoana y, seguramente, también otra parte de algunas provincias próximas, está profundamente ENFERMA.
También que la Erchancha no ha osado impedir el anunciado homenaje y detenerlos a todos.
Y además, también evidencia que estás sólo y tienes miedo. ¿O no, Ignacio...?
Tal vez, ¿alguno de los que te desprecian, mientras respetan la ley, te ha prometido algo si eres buen chaval...?
sábado, 2 de agosto de 2008
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