...Los hubo valientes, honrados, leales y dignos. También rufianes, aventureros, asesinos y locos...

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jueves, 21 de enero de 2010

Parados urbanos, se alimentan de Cáritas y de sus huertos balconeros

El día que toca reparto en Cáritas muchas mamás con gorra de béisbol, gafas de sol caladas y comiéndose la vergüenza, acuden a recoger la bolsa con alimentos básicos. Todavía mantienen la casa pero no tienen ingresos ni prestación de desempleo. Se las distingue enseguida. Son primerizas en la beneficencia.

Creían eterno el dinero del paro, no pudieron evitar la acumulación de facturas, se confiaron con las tarjetas de crédito para comuniones principescas y endeudaron los hogares pagando vacaciones caribeñas. Son parejas jóvenes que nunca tuvieron dificultades para cubrir sus necesidades. Ahora no pueden afrontar los gastos de la hipoteca, los créditos de coches y plasmas, el teléfono o la luz.

Arroz, macarrones, azúcar, harina, tomate, leche, galletas, patatas, aceite, son los activos en cuenta corriente de los Bancos de Alimentos proporcionados por donaciones de particulares y empresas. Pero esta dieta hay que completarla. Y surge la idea.

Los viejitos del parque. Preferiblemente, los de boina o gorrilla calada y caliqueño en la comisura de los labios. Abuelos que desgranan la mañana aburridos, que hoy son un pozo de sabiduría y que trocan su experiencia campesina por distracción, algo de conversación y un café con leche.

Fíjese y verá como los jubilados son asediados por amas de casa que, tras lisonjearlos hasta la naúsea, se llevan los viejitos a terrazas y balcones donde les espera un futuro de modernos esclavos. Así, cultivando huertos domésticos, lechugas, tomates, pimientos, cebollas, ajos, berenjenas, acelgas y espinacas, ayudan a complementar la dieta de los parados urbanitas.

Pero, los viejitos han espabilado. Y algunos emigrantes también. Ya no se les paga con el café y la charleta. Hoy mantienen varios huertos y exigen un tercio de la cosecha. Para consumir o vender. Porque lo que al principio eran cuatro macetas, agua y sabiduría, ahora, gracias a las terrazas de los áticos hiperhipotecados, se ha convertido en enormes plantaciones.

Incluso, hay quienes tienen sus gallinitas ponedoras y, al final, un pocotón de huevos. Unos ancianos renacidos y un trabajo pagado en especies. Y ahora, las raras veces que duermo en Madrid, el canto del gallo rompe la noche de cemento en las alboradas ciudadanas. Asombrándome.

35 comentarios:

Nazaríes dijo...

Lo de el gallo me ha recordado a mis madrugones, cuando al salir de casa, escuchaba su canto mañanero.... kikiriquiiiiiiii!!!!!!!!!!!! te toca salir!!!! vete a currar!!!!!!!!! si en la cola de Càritas, no quieres estar!!!!!!!!...

Nazaríes dijo...

Me gusta mucho la idea del huerto en casa, yo antes lo tenìa... lo cuidaba mi papà... eràn los mejores tomates, pimientos, berenjenas... que he comido en mi vida...

si, bwana dijo...

Pues vaya unos huertos más majos, ¡si hasta tienen riego por goteo!

César dijo...

Interesante narración, Sr Francés, acorde a los tiempos..En mi galería tengo una vid traida de la tierra de mi abuelo que él mismo plantó hace siglos..(al menos uno..)pero es simple distracción, en su narración se percibe algo más...y una especie de resignación-protesta-decepción por no haber sabido administrar los siete años de vacas gordas...
Deseo que todo se solucione..

J. Rogelio Rodríguez dijo...

Usted sí que me asombra, Don Alfredo. Me asombra por la capacidad de resumir esta estampa del drama social, que la enmarca, en breves líneas.

NO es mala idea y, desde luego, es un claro exponente de economía real sostenible... no el cúmulo de chorradas sin fundamento que configura la otra (economía sostenible).

Un fuerte abrazo.

José Alfonso Romero P.Seguín dijo...

Propongo tomar los bancos y cajas con humildes bancales de frescas hortalizas, marcando así el inicio de la única revolución posible: la de la subsistencia.
Hagamos que los oblongos huertos se adentren en los parlamentos para hacerlos comestibles además de productivos.
Rentabilicemos lo inútil con el útil acto de la última religión posible: la agricultura.
Multiplíquense los surcos sobre la faz de las ciudades y convivan gallinas con palomas y conejos con ratas. Cómanse los mansos asnos los abultados legajos de las hipotecas y pasten cabras y ovejas en los despachos de notarios y registradores.
Repartamos como hermanos: ministerios, palacios, embajadas, legaciones y delegaciones, en la única hermandad posible: la de los iguales.
Que se muere el hambre haciendo cola en la cola del paro, que el hombre es hartura cuando empuña firme el arado, pues nada le debe a la semilla, nada al duro trabajo, nada al claro de la mañana, ni a la sombra de la noche.
Sea el Sol testigo de ello y Ud. amigo, faz de la única redención posible: la de la ironía.
A todo esto, con lo de los pisos nos jodieron de lo lindo, dinero barato pisos caros, aún lo estamos pensando. No debimos salir del terruño. No debimos dejarnos que nos estabularan en vertical. No debimos pero debemos...
Reciba un fraternal abrazo

lola dijo...

Buenos días,
Esto me ha recordado mi vida en Cuba (la de F.C) en el patio de casa teníamos gallinas y un gallo, al menos no nos faltaban huevos pero lo de comernos los bichos ya era otro cantar, nos daba pena, hasta que la situación se puso realmene difícil y de ven en cuando alguna gallina iba a parar al caldero.
En cuanto a sembrar alguna hortaliza, creo que voy a aprovechar mi terraza, y más que mi marido ya se ha jubilado y tengo que buscarle alguna ocupación.
Saludos!

Draco dijo...

Yo estoy cultivando tejos para invitar a una que otra infusión a algún político conocido.

Creo que con una bastará.

Natalia Pastor dijo...

La situación cada día es más crítica,Alfredo.
Yo, que colaboro como voluntaria en un comedor de Cáritas aquí en Sevilla, hemos visto pasar de 310 usuarios diarios en 2008, a más de 600 diarios en 2009.
Entre ellos muchísimos matrimonios de jubilados, ancianos que viven solos,matrimonios con niños,inmigrantes,indigentes...
Estamos en pleno periodo de simple subsitencia.

Saludos.

Alijodos dijo...

Lo del huerto en casa es una cosa a tener en cuenta...un abrazo amigo...

Vicky Cateura dijo...

Mi estimado Don Alfredo, leyendo su entrada se me encoje el alma y se me hinchan los que no tengo, porque si bien es cierto que bajo la gorra calada y tras las gafas de sol, se descubre a las primerizas, no es menos cierto que justo lado, podemos descubrir a los profesionales de la picaresca tan en nuestra tradición, que trabajan en negro, que reciben prestaciones del Estado y que nos toman como vulgarmente se dice el pelo.
Respecto a lo de esos huertecillos urbanos, mire usted, me parece una gran iniciativa que fomenta la vuelta a lo primario, a la repoblación y a la alimentación sana, porque una ya empezaba a estar un poco harta de tanto tomate criogénico con sabor a ni se sabe, que las cosas tienen que saber a lo que son, y no a engendros de vaya usted a saber que. Por demás está decir que esos buscados consejos de nuestros jubilados les devuelve en parte al lugar al que los relegó nuestra queridad sociedad moderna al convertirlos en una carga inútil, desparovechando sus sabios consejos.

Quedándome más ancha que larga, le saludo cordialmente.


PD.: Por cierto, lamento decirle que puede darse por muerto, soy amazona y cazadora.

Javier dijo...

Nada nuevo bajo el sol D. Alfredo, cuando empezó la crisis, en Inglaterra se trató el asunto para tener en casa productos frescos promocionando ésta idea. En al España de Franco, se recogió en el artículo V punto 4 del fuero del trabajo (9 de marzo de 1938). Decía que:
4.- Se tenderá a dotar a cada familia campesina de una pequeña parcela, el huerto familiar, que le sirva para atender a sus necesidades elementales y ocupar su actividad en los días de paro.
Hoy habría que ampliarlo a las ciudades.

Un abrazo.

El Pinto dijo...

Ingenio D. García, si servidor dispusiera de una terraza tan aparente, no dudaría en alquilar tractor y sembrar. Cosechar es la faena más hermosa, sin duda, para servidor, hombre con raíces de campo.
Por cierto mantengo la propuesta de eliminar tanto el D. como el usted, por eso de que en el pueblo la gente del campo amiga, s9implifica, cuestión de respeto y cariño al mismo tiempo.
Salud siempre

hatoros dijo...

YA SÉ COMO PLANTAR PATATAS Y TOMATES Y JUDÍAS Y LECHUGAS Y TODO ESO NOS LO COMEMOS ADEMÁS TENGO NISPEROS Y LAS ACEITUNAS NO DOY CON EL ARREGLO. ME FALTAN LAS GALLINAS Y EL HACER CERVEZA PERO TODO SE ANDARÁ
PERO NO PODRÉ PAGAR LA LUZ NI EL IBI NI LAS BASURAS -que por cojones tienes que pagar- PODRÍA TENER POZO PERO COMO A MI AMIGO EL VECINO,JUAN, QUE TENÍA UNO DE 600 METROS ALLÁ POR EL 56 CUANDO LLEGÓ EL CANAL EN LA COLONIA QUE ERA AUTOCTONA DEL LIQUIDO ELEMENTO NOS DIJO QUE NI DE COÑA Y AL QUE TENÍA POZO LE JODIERON PORQUE HICIERON EL POZO A 1.200 METROS Y SE QUEDARON CON EL AGUA.
¡AH, VIVO EN POZUELO!PERO LA COLONIA NO ES DE RICOS Y CADA DIA MENOS
ABRAZOS MAESTRO

Atila el Huno dijo...

Maestrooo!!

Es lo que hay. Los trabajadores no querían ser clase, ni querían libertad o derechos, ni tan siquiera aspiraban a la dignidad de ciudadano. Los trabajadores querían ser burgueses, anhelaban la vida de los ricos...aunque fuera a costa de su libertad. Porque eso es precisamente lo que han hipotecado o prestado, a sabiendas o inconscientes, al Sistema.

Quizá sea éste un buen momento para reeditar las Geórgicas como sustituto de la EpC, darle un corte de mangas al Sistema y volver a la Tierra como dice el maestro José Alfonso Romero y reeditar las hazañas de aquellos kibutzim rusos de principios del S XX.

Me temo no obstante que en cuanto pase la "leve desaceleración" volveremos a caer en los mismos errores. Eso sí, desde una posición más débil; habremos perdido derechos laborales, salariales y sociales. Estaremos más que nunca en las manos de los coleguillas de la CEOE (que se saldrán con la suya), más sumisos a la explotación, más agradecidos por las migajas que los de arriba nos quieran soltar.

Saludos Virgílianos!!

Terly (Juan José Romero Montesino-Espartero) dijo...

Ojo, Don Alfredo, que se empieza cultivando tomates y berenjenas en las terrazas de los áticos y terminas como un conocido mío que crió un cerdo para matanza en su cuarto de baño.
Y cuando le pregunté que como podía acostumbrarse al mal olor me contestó que el pobre cerdo ya se había habituado. jejeje...
Una broma relajante.
Un abrazo.

ARO dijo...

Tan mal están las cosas para algunos, que no me extraña que arrienden los balcones como si de fincas se tratara. Saludos.

García Francés dijo...

Dª Nazariés, sus respuestas que recibo con miucha alegría siempre vienen cargadas de la melancolía del emigrante. En su caso de la que ha dejado atrás en su querida Andalucia para vivir en la locura neoyorquina.

¿Kikiriquiiiii en Manhattan? ¿Un huerto en el apartamento de la 5ª Avenida?

A usted van a acabar echándola de New York, querida amiga. Un abrazo siempre fuerte, comadre.

García Francés dijo...

D. Bwana, hay huertos modestos plantados en bidones de plástico partidos por la mitad, en viejas latas, en macetas y los latifundistas del huerto casero: éstos con mesas, cultivos que rotan y riego por goteo.

Abrazos, amigo mío.

García Francés dijo...

Tiene usted toda la razón, D. César, en la entrada hay una mezcla de melancolía de la Arcadia perdida y mucha mala leche por el Averno encontrado.

Abrazos, amigo.

García Francés dijo...

D. Rogelio, ¡usted si que es un crack! Ya me gustaría a mí desarrollar los temas con su estilo.

Efectivamente los huertos, aunque parezca mentira, son una ayuda para muchos. Hasta aquí nos han traído los genios del gobierno.

Un abrazo, amigo mío.

García Francés dijo...

D. José Alfonso, no hace mucho se inauguró en Madrid un suntuoso edificio: Los teatros del canal.

Cultura. A precio de oro. Un proyecto para épocas de vacas gordas, abierto en momentos de vacas flacas.

Siempre dije que ese edificio acabará reconvertido en gratuitos comedores sociales.

Abrazos, amigo mío.

García Francés dijo...

Dª Lola, ¡cuánto podríamos aprender de su vida bajo la dictadura de los Castro!

Me alegra haberla inspirado para encontrar una distracción a su jubilado esposo pero me preocupa que él no esté de acuerdo.

Espero que él disfrute de la plantación. Un abrazo, Doña.

García Francés dijo...

Es usted un santo, D. Draco, ¡se preocupa de invitar a los políticos!

Un abrazo, amigo.

García Francés dijo...

Dª Natalia, permítame que la felicite por ese trabajo suyo en los comedores de Cáritas.

Sé que prefiere no hablar de ello pero, por favor, debería usted hacer una entrada y contarlo.

Estoy de acuerdo, para muchas familias, ahora se trata simplemente de subsistir. Con pequeños huertos domésticos, con Cáritas, o como sea.

Abrazos tristes, Doña.

García Francés dijo...

D. Javier, desconocía el plan inglés de promocionar esta fuente de alimentos.

Lo del Fuero del Trabajo, era un plan enfocado a las familias del campo. En nuestras ciudades ya se han parcelado ilegalmente muchos terrenos que se dedican al cultivo de verduras.

Pero el uso doméstico de las terrazas y balcones, no con fines recreativos sino con fines utilitarios, si creo que en España es algo nuevo.

Un abrazo, amigo mío.

García Francés dijo...

Coño, D. Pinto, ¡tampoco es eso!

No hacen falta cosechadoras, basta con agua, tierra y un poco de esa sabiduría de la que cada vez queda menos. Le envidio sus raíces.

Me va usted a perdonar, amigo, respecto al tuteo. Desde el principio uso esa fórmula de cortesía con todos los visitantes y soy poco aficionado a mudanzas.

Pero, le ruego que usted utilice la fórmula de trato que le sea más cómoda. Siéntase en su casa, por favor.

García Francés dijo...

D. Hatoros, con usted la diversión, la charla y la agricultura están garantizadas. Es usted un amigo a tener muy en cuenta en estos tiempos de crisis. Egoistamente hablando.

Y, además, bien cerquita, ¿qué más se puede pedir? Lo de las aceitunas no lo acabo de entender, ¿no acierta usted con el aliño? Creo que Dª Nazariés, la andaluza de Nueva York, sabe de eso, pregunte usted, amigo.

Ya nos apañaremos, cuando no se pueda seguir pagando, sabremos lo que es sufrir. Un abrazo, amigo.

García Francés dijo...

D. Atila, una anécdota de un primo mío que es muy pijo.

Estaba en un semáforo y el del coche de al lado le dice:

-Hombre, Pepeluis, ¿no te acuerdas de mí?
-Pues no, señor, no me acuerdo, dice mi primo subiendo el cristal un poco.
-Pero, hombre, si somos de la misma clase.

Y responde mi primo acabando de subir el cristal:
-Del mismo colegio, tal vez, aunque lo dudo. De la misma clase NUNCA.

Moraleja: buen sitio para vivir, digo, a sus palabras me remito:

"Los trabajadores querían ser burgueses, anhelaban la vida de los ricos...aunque fuera a costa de su libertad".

Olvídese de arar, sembrar y recoger, el que ha probado el viaje al Caribe todo incluído, jamás volverá a destripar terrones.

Tragará. Tragaremos. Para seguir disfrutando del credi-viaje, credi-familiar, credi-adosado y, al final, de los viajes del Inserso.

Abrazos, guerrrero.

García Francés dijo...

D. Terly, que no nos falte su humor. Gracias.

El chiste de los gorrinos me ha hecho reir desde hace años. Es un clásico que nunca falla conmigo.

Un abrazo, amigo mío.

García Francés dijo...

D. Arobos, acierta usted, la cosa está muy mal.

Veremos cosas aún más chocantes que sacar una verduras de donde antes se plantaban geranios.

Bienvenido y saludos muy cordiales.

García Francés dijo...

Dª I'am, me gusta su mala leche, su ácidez trocada en denuncia. Espero verla a menudo por esta su casa.

El mundo de los huertos domésticos, no como afición sino como necesidad, es un mundo increíble que la sorprenderá si se detiene a estudiar un poco lo que ocurre a su alrededor.

Son increíble las situaciones que pueden observarse desde la propia terraza. Yo vivo en la sierra y allí también se retoman con urgencia viejas sabidurías casi olvidadas.

Me alegra tenerla por mi casa, amiga mía.

Acierta. Me ha matado. Le gustan los caballos, la caza y los toros, ¿de qué cielo ha bajado usted?

Evaasecas dijo...

Ay si yo le contara, amigo don García... Aquí la que suscribe tendrá que plantearse buscarle un hueco a las ponedoras y otro a las lechugas, quizá también críe un marrano, aunque claro, el cochino, para la dieta, como que no... en fin, que si quiere leer una muestra, le remito a mi entrada "letra pequeña", o también puede pasarse por otra, "monoparental y numerosa", también estoy preparando una, que creo que titularé "ordenanzas municipales", aunque a veces, lo mejor es no pensar en estas cosas ni hacerse mala sangre, porque ocurre que te entra una mala leche que te fastidia el día.

Seguiré poniendome al día. Un saludo.

García Francés dijo...

Dª Eva, no lo dude y cuente, cuente, que el largar desahoga mucho. Lo sé por experiencia.

Deduzco por su comentario que la situación económica de España, de alguna manera, le está sacudiendo a usted algún duro rabazo. Lo siento, querida.

No sé si lo dice en broma, pero si tiene ese hueco, no hace falta que sea un inmwenso latifundio, para las ponedoras, con una modesta inversión tendrá usted a cambio mucha proteína.

Lechugas ideales para el ascetismo y el guarro, siempre que se sienta preparada para ello, puede criarlo y vender la matanza.

Intuyo que no tiene pareja pero, otra de las ventajas, es que a los tios el tema granjerita nos pone mucho.

Ahora me paso por su sitio para ver esas entradas. Un saludo, amiga mía.

Evaasecas dijo...

Don García, tiene usted razón en casi todo. Tengo, tengo un pequeño huequecillo para tales fines, además es una de las causas de mis dolores de cabeza financieros, pero eso es una larga historia.
Respecto al guarro e hilándolo con eso de que a los hombres el tema granjerita les pone, le contaré a usted un dicho que se dice por aquí, por mi tierra y es que para comer un chorizo, no voy a cargar con el cerdo entero... Perdón por la vulgaridad, es un dicho popular.
Encantada de que pase por mi casa, un saludo. Pensaré en eso de las ponedoras...

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