Soy Dª Nazaríes, su amiga granaína de vosotros ustedes. Camarera de la Hermandad del Santísimo Cristo del Consuelo, el Cristo de los Gitanos y que, como cada año en Semana Santa, desde dondequiera que esté, vuelvo para acompañar a mi Señor por las calles de Granada.
Guapa, elegante y española, con mantilla, peineta, luto, tacones y rosario de pétalos de rosas en las manos, voy detrás de María Santísima del Sacromonte, la Virgen más gitana. Emocionada, como volando, el Miércoles Santo vivo una de mis noches extraordinarias.
A las cinco y media de la tarde, mi Cristo sale del Sagrado Corazón entre vivas, pétalos de rosas y aplausos de miles de los granadinos que ven asomar la talla más hermosa de Jesús con sus dos clavos en manos y pies, como los cristos barrocos, copiada del original de José de Risueño en 1695.
La estación de penitencia se hace en las principales calles de Granada, Gran Vía, Reyes Católicos, calle Mesones, Plaza del Carmen. Mi ciudad se colorea con los morados, rojos y dorados de los numerosísimos nazarenos que acompañan la procesión. Para entonces, ya me he tenido que secar más de una lagrimita y el corazón me salta en el pecho.
El olor del incienso y la cera se va mezclando con el de la primavera que baja de la Alhambra. Aromas de jazmín, de azahar, de magnolio, y el soplo de frescura que me asalta desde la Sierra Nevada, envolviendo en fragancias la tarde-noche del Miércoles Santo. Estoy embriagada con los mejores olores del mundo. Los de mi tierra, mi gente, mi religión y mi cultura.
La agitación aumenta cuando nos acercamos a uno de los momentos más intensos del recorrido. Mi Cristo tiene que volver a su encierro en la Abadía del Sacromonte, el barrio de las zambras y el duende, donde los gitanos viven en cuevas y donde ya están encendidas las hogueras y fogatas para recibir a su Cristo y a la Virgen.
En el Paseo de los Tristes sube la emoción por la estrechez de sus calle y desde donde la Alhambra, en la colina, inclina la Torre de la Vela para mostrar su respeto a nuestro Señor. Un crío, desorientado por la emoción, por poco no me pega fuego a la mantilla con su hachón. Le sonrío con mis labios rojos. Estoy feliz. Hoy nada importa.
Ahora comienza la dura subida al Sacromonte por la Cuesta del Chapíz y por las siete cuestas restantes que faltan para llegar al barrio de los gitanos. Los costaleros unen todas sus fuerzas por lo difícil del recorrido, calles empinadísimas y estrechas. Atienden las órdenes del Hermano Mayor. Se mecen los pasos. Andalucía. Mi Granada.
De pronto se escucha un cante ronco, una voz que llora una saeta desgarrada ofrecida al Señor. Se me saltan las lágrimas. Lloro de alegría porque mi Cristo ya está en su barrio, en su Abadía, con su gente. Se hace más intensa la madrugada cuando cientos de gitanos reciben al Cristo y a Nuestra Señora María Santísima del Sacromonte entre bailes, palmas y hogueras para calentar al Cristo en la noche y para aliviar el dolor de su Madre, mi Virgen, la Reina Gitana del Cielo. Y, ahora, sí me rompe la emoción. Lloro mucho. Tanto como lo harán ustedes, amigos, el día que se vengan en procesión conmigo.
13 comentarios:
Gracias mil gracias, me ha encantado, me ha emocionado y me voy ahora mismo a hincharme de llorar.....
Sabe mi admiraciòn por usted, y le mando un fuerte abrazo, y ya sabe que su mitad granaìna y todos los granaìnos le recibiremos con los brazos abiertos,no se olvide nunca de la Granà de su papà.
Un abrazo muy respetuoso.
Iría, pero soy incapaz de imaginarme lejos de mi tierra durante estos días. Los paso en la ciudad donde resido, Híspalis, pero cuando llega la madrugá regreso al pueblecito de la vega sevillana donde me crié. Son muchas cosas.
Saludos.
Que bien que se siente uno cuando se hacen las cosas como Dios manda.
Saludos D. Alfredo, recuerdos a su mamá, y nos leemos después de Semana Santa.
Precioso el relato. Si uno conoce Granada, puede imaginar los rincones descritos. Es impresionante. Granada tiene estampas y momentos...Un fuerte abrazo!
Gracias a usted por llenarme el blog de los recuerdos de la ciudad de mi padre.
Llore hoy por todos nosotros.
Un abrazo, amiga mía.
Disfrute de la madrugá en su pueblo, D. ApD
Un abrazo, amigo.
Goce usted de la Semana Santa con su gente, D. Carlos.
Un abrazo, buen amigo.
Dª Nazaríes, la granaína newyorquesa, nos va contando su ciudad, gastronomía, procesiones, con mucho arte y algo de malafollá...
Déle a ella las gracias, D. Fidelio.
Para usted, mis mejores abrazos.
"Mi ciudad se colorea con los morados rojos y dorados de los numerosísimos nazarenos que acompañan la procesión. Para entonces, ya me he tenido que secar más de una lagrimita y el corazón me salta en el pecho"
Nazaríes: Eres muy intensa...muy sensible...muy creativa.
Creo que llevas dentro algo intenso que sale de verdad con toda la sinceridad y fuerza en esa preciosa procesión de Granada que relatas. Sencillamente: tengo ganas de ir desde que te he leído.
Besos!!!
Lo suyo crea afición porque aflige sin reservas y sin reservas arrebata por hermoso y sentido, poesía en estado puro, pureza de pensamiento embebido sólo en el noble acto de entregarse a los sentidos, de sentir antes que pensar, de vivir en suma sin más afán que el alargar el tiempo en el tiempo para que pasado y presente se fundan en lo que de verdad son: pasión, como lo es la vida, como lo es Ud. amiga que ha sido capaz de hacernos sentir el gozo de esa infinita alegría.
En algo tiene razón Javier Marías, la vida es inquietante, hermosa y sanamente inquietante, lo enfermizo es el recelo, el celo, la insana inquietud de los hombres que se extravían del centro y no saben callejear, de los hombres que no viven que sólo se exhiben.
Me dejó Ud. sin palabras, pero como son mi pasión me extravió en este querer decirle, que sé que no le dice lo que de verdad siento, porque no es sencillo, porque no hallo a ojos de mi torpe entendimiento las palabras exactas, porque quizá no las haya y es que cuando menos las precisas ya son suyas, y en ese encendido ser ya son de todos, sea eso lo que quiero transmitirle.
Reciba un fraternal abrazo.
D. Alfredo, con su permiso, solo queria dar las gracias a todos los amigos comentaristas.
Y en especial a Antoniatenea que tanto me halaga, y por supuesto decirle a Jose Antonio que en este caso la que se ha quedado sin palabras he sido yo.
¿Sabes Jose Antonio? Una persona a la cual quiero, me dijo una vez que la palabra pasiòn significa padecer.
Es cierto que lo que me gusta, me enamora, o quiero conseguir lo hago con pasiòn pero a veces seria mejor hacerlo màs con cabeza porque la vida no es fàcil y se puede llegar a sufrir, con lo que no se puede alcanzar.
Pero en este caso tambièn soy muy soñadora y al cerrar los ojos me meto en mi mundo y puedo llegar a conseguir todo lo que quiero sòlo con imaginar.
Y crèeme que mis sueños los vivo como si fueran reales.
Yo deseo que nunca te falte tu pasiòn, las palabras.
Gracias a todos, y a usted D. Alfredo el mayor de mi agradecimiento.
..... Y ahora me voy corriendo a freir pestiños!!!!!.
Besos.
Querida Nazaries:
¿Me dejas, Alfredo?)
Déjame tres pestiños aunque sea, vale querida Nazaries...vaaaaa!!! me encantan!!!
Petonets a los dos!!!
me encanto..que sentimiento el que muestras cuando escribes y esque se nota que lo sientes, he encontrado este blog porque ando buscando poder ser mantilla del cristo de los gitanos al siguiente año pero me han dicho que es muy complicado y buscaba informarme me haria muchisimas ilusion a mi y a una amiga, me gustaria saber si usted sabria algo de esto.. gracias un abrazo
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