Es sorprendente amanecer tan
viejo y tan
lejos de mi gente más amada. 64 años. Parece
imposible. Ante la cada día más clara evidencia de lo
inevitable he querido hacer este viaje a la antigua para
contárselo a todos. Y hoy
despierto inundado de salitre,
arrullado por el canto de los gallos de pelea haitianos y
rendido de emoción por el cariño de ustedes.
Gracias es poquísimo, amigos.
3 comentarios:
Aquí estoy, con mi guayabera nueva, con un trago de jugo de mango y ron viejo en la mano, emocionado por tantos y tantos mensajes que no cesan de arribar y dispuesto a brindar por todos ustedes, amigos. Graciazas.
Felizzzzzzzz cumpleaños!!!!!
Saludos azules...
Me alegro mucho Alfredo (hoy te trato de tu porque con -4 años eres un chaval, un guaje que diríamos en Asturias)de ese baño de sal caribeña en todos los sentidos, con su toque de ron y azucar de caña.
¡Felicidades!
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