Señores, Pitos y Tambores

Vuelvo a casa muy feliz pero más pobre que una rata. En Playa Serena del Cocotal no le roban la cartera al turista, lo despellejan a punta de afiladísima navaja albaceteña. Así que he vendido a un ruso mi pasaje de avión a Madrid y me he conseguido este pedazo yate. Si todo va bien espero atracar pronto entre la parte de Sanlúcar de Barrameda y las Rías Baixas. No quisiera perderme las procesiones.

Anoche cena despedida en La Cofradía, Palma Real, Bávaro. Juan Carlos y Mónika encontraron las langostas vivitas y coleando y las prepararon a la plancha. Magníficas. Dejo atrás un par de amigos y cenas con gente estupenda en mi “oficina”. Os veo en Madrid, piratas.

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